Sandra Bruno

@sandracamillebruno

Sandra Bruno (Toulon – Francia)  es francesa nativa y licenciada en ADE por el Instituto Superior de Gestión (ISG) de París, formación que completó en varias universidades españolas. Actualmente reside en Madrid. Es poeta de vocación, origen y destino. Para ella la poesía es vida y el amor es su quintaesencia.

Aunque escribe desde que tiene uso de razón, fue y sigue siendo una lectora voraz, sobre todo de poesía.

Varios de sus poemas y un microrrelato suyo fueron publicados en antologías como: Erotismo poético VI, XI Concurso de poesía Versos en el aire, I Concurso de Microrrelatos Madre no hay más que una, y Ellas (Diversidad Literaria, 2020-2021). En 2021 publicó su primer poemario La piel incierta (Editorial Círculo Rojo, España). Fue galardonada con el Primer Premio del Certamen Nacional de Poesía 2022 de Perales de Tajuña con su poema “La maleta”. Algunos de sus poemas han aparecido en revistas de proyección internacional como Revista Kametsa y Santa Rabia Poetry. Su último poemario se titula Humanosis y es el segundo libro de su autoría en ver la luz (Editorial Olé Libros, España, 2022).

En el mes de enero y parte del mes de febrero de 2023 estuvo impartiendo un taller online de poesía francesa titulado “La Revolución Poética francesa” en colaboración con Casa Bukowski Internacional. Y, en abril de 2023, tuvo el honor de participar en el centenario de la presentación del primer libro de León Felipe Versos y oraciones de caminante en el Ateneo de Madrid.

De alguna forma, ella también siente que no puede parar de caminar por el sendero de la poesía.


EL LENGUAJE DEL TACTO

La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen

MARIO BENEDETTI


Por haber visto durante años
donde otros tocan sin ver,
venero el sentido del tacto,
el alfabeto de su lenguaje
de dedos guías de los límites;

por haber reconocido las cosas
en los limbos de sus turgencias,
en el trazado de sus porqués,
en el sabor de sus roces
que empiezan donde el pudor acaba
y donde el fulgor de la vida
cobra sentido y lo demás lo pierde;

sé lo que significa no poder tocar,
la limitación del verbo amar,
la palabra prohibida al orador,
el bastón robado al invidente,
el oxígeno arrancado al enfermo
en su lecho de combate;

veo lo inhumano que es un mundo
sin poder dibujar sus límites,
sin poder tocar su fondo,
sin poder palpar su aire,
con el alma en vela
y las manos ciegas
que nos dejan sin huellas,
invidentes con guantes
de piel fría y desechable;
con boca tapada que nos condena
a ser mudos e invisibles,
detrás de una tela
de saludos imposibles
y de miedos agarrados
a nuestras promesas ahogadas.

Este no es el mundo que conozco:
ha mutado nuestra especie
a otra sin nombre ni lenguaje.

De La piel incierta (ed. Círculo Rojo)

CARMÍN Y CHOCOLATE

Allá, allá lejos;
donde habite el olvido.

LUIS CERNUDA

Ayer tu piel se manchaba de carmín
y hoy se mancha de chocolate;
el tiempo de las bocas sedientas
se acabó en tus intentos de beber
del ayer en un vaso sin bordes.

Talar lo bonito es pasar de página
cuando no caben más líneas en el presente,
cuando se necesita parar la hemorragia de nostalgia
e inyectar Sintrom a las venas del olvido
en un beso de carmín manchado de chocolate.

Apartemos el bagazo desteñido del pasado
y recojamos la cosecha del presente parturiente.

De los escombros del ayer nacen nuevas semillas
en un campo mudo en sonrisas y manco de caricias,
mas el alba estrena un nuevo traje de ilusión
por unos días quemantes y unas noches de luna llena
reflejada en el azogue de los llantos ahogados.

El carmín del ayer ya no mancha tus besos:
mejor sabe el chocolate al borde de tus labios.

De La piel incierta (Ed. Círculo Rojo)

LA ARENA YA NO ME PERTENECE

La arena ya no me pertenece;
quizás su orilla o las olas del mar
aún sean partes de mi mapa
en sus intentos de llevarme a la deriva.
Mas la arena es ajena a mí;
he encontrado cuchillas en el fondo
de las capas oxidadas de su memoria.
Sus mares blanquecinos y quemantes
se han llenado de cristales rotos
que desangran mi inocencia
y corrompen mi ilusión
por encontrar libertad a sus pies.
Ahora yace como ninfa salvaje,
sin canto para hipnotizar,
ni baile de olas para trasladar
los fantasmas del pasado a otra parte.
Sólo la invaden búhos de la noche
embalsamados en plástico y presos
de su propio lenguaje:
con palabras vacías
no se puede pretender
llenar los ecos del silencio,
ni borrar las muescas sulfúreas
de un presente sin fe.

De Humanosis (ed. Olé Libros)