Marianela Garrido Poesía

@marianelagarrido.0

Marianela Garrido (Lima, 1995). Estudiante de Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y miembro del colectivo Letras & Poesía desde 2022. El año pasado publiqué mi primera novela, Cero. Galimatías de un escritor, y he participado en dos antologías poéticas.


Alquimia

Si del silencio y la palabra
nace la poesía,
de la palabra y la imagen,
el sueño
y de la imagen y el latido,
el deseo;

puede que con latidos y suspiros
brote el placer
y que también el suspiro y el frío
engendren al miedo
que hará que el frío en las lagunas
se torne en dolor
y en las lagunas en las que se ahoga el estruendo
salga a flote la ira;

pero si el estruendo se encuentra con la sangre
resurge la muerte
como la sangre que echada sobre la tierra
aflora la semilla
la cual hará que la tierra y el agua
generen la vida
que el agua y la célula
llamarán dios
para luego, al mezclar célula y explosión,
crear al diablo-

En la explosión que culmina en silencios
quizás nazca yo.

PRIMER CONTACTO

Lo que creo saber se me derrama por las orejas
como una sustancia viscosa
que el mareo de mi pupila delata.
¡Que la poesía albergue la acumulación de impactos!
Estos momentos traducidos en mi propio texto-otro;
que no te reconozco,
y las letras se entrelazan bajo la dinámica
del bus y sus llantas.

Mi periferia es una suerte de calco
de lengua muerta y texto olvidado.
Que el cuerpo y el género,
la mujer, el hombre y el gato;
un giro y un salto.
«¡Las manos en alto!»
Yo no digo mi nombre,
tú no sabes si existo
o si solo soy el ejercicio
de un algoritmo obstinado
en volver sus números trazos,
en dibujarte un paisaje con el trasvase de estos retazos.

ENGANCHE

Y si no es un tejido,
y la biopsia excreta el daño;
«la enfermedad no existe»,
repetías su canto.
Pero quienes eran ellos para hablar de locura
dentro de esas cuatro paredes del extraño,
si se olvidaban haber nacido
cada que cruzaban los pasos.
Los espejismos son más que engaños.

Ella no va a quedarse en su tercera persona,
y él va a jugar hasta que la vida no se le regrese más.
Y todos dirán, al unísono,
que algo esperan.
Pero tú escribirás que no tienes nombre
ni sexo entre las piernas.
Cortarás todas las etiquetas de las ropas,
porque la exacerbación de tu piel se niega a las clasificaciones.

DESBORDE

Inviertes y miras con las manos,
tocas con los ojos;
te amputas las pestañas
y aprietas los dedos
mientras lloras con la lengua.
Con el sabor que tras la confusión sale de color grismarrón
pintas la tierra

que sale y entra,
o estoy muy dentro o muy fuera.
Adicta al rebote,
voy yendo rotosloshuesos
y aun así no duelo la carne
que pierdo cada que te digo que no comprendo
el goce de la muerte colectiva
en una sociedad de sabuesos.