“El cuaderno rojo”
de Paul Auster
Por Pablo Andrés Rial

Siempre que tengo oportunidad, recomiendo a mis conocidos, al escritor Paul Auster (estadounidense, 1947) ya que sus obras se leen de una manera muy fluida y se beben como agua, sin esfuerzo alguno. Contienen una belleza que vale la pena apreciar.

La narrativa de Auster resulta ofrecer sin dudas una sensación similar a la que nos da el viento fresco y agradable de otoño cuando salimos a caminar despreocupadamente en una mañana sin compromisos.

En esta ocasión quiero sugerirles que lean uno de sus libros: El cuaderno rojo (1992), para muchos críticos considerado una novela corta, para mí, una serie de relatos que posee un vector común en todos ellos: el factor de la coincidencia. Consta de cuatro historias en donde coexiste una relación entre la vida y la obra del autor. Lo sucesos reales aquí contados se tiñen de la casualidad y lo azaroso, muchos acompañados por la tragedia, otros, quedando en lo anecdótico e hilarante de los hechos.

Después de todo, si nos ponemos a reflexionar respecto de todas las situaciones que hemos vivido, sabemos a ciencia cierta que las mismas se rigen en mayor o menor medida por una pizca de la suerte, sin desmerecer obviamente a lo causal, que es producto de la variable “efecto” la cual se genera de acuerdo con el modo en que manejamos el timón de nuestro barco.

Dicho esto, espero logren hacerse de un tiempo para darle la dirección que desean al recorrido individual.  Y tengan la posibilidad durante la exploración de esos mares, el conocer más acerca del autor y de sus obras. Indudablemente le será muy placentero el viaje.